Rutas, Raíces y Relaciones Internacionales: (Re)Aprender con la(s) Diáspora(s)

Resumen

Este artículo pretende ampliar el diálogo sobre el potencial de teorizar las relaciones internacionales por rutas y raíces, a través de un compromiso crítico con autores (Shilliam, Hall, Gilroy, Trouillot y Bernardino-Costa) que reivindican y movilizan la condición diaspórica como sustrato para reflexiones sobre las posibilidades e imposibilidades de pensar identidades que rompan con la lógica espacio-temporal de la modernidad. En lugar de pensar en la fijeza de los conceptos, que conducen a una mirada “neutral, totalizadora y universalizadora”, busco comprender cómo pensar en la construcción de la identidad a través del movimiento nos hace desafiar el perspectivismo de una verdad absoluta. Aporta, por tanto, diferentes perspectivas de la verdad. El movimiento aquí se basa en teorizaciones a través de las rutas y raíces que caracterizan las perspectivas diaspórica y atlántica como una forma de (re)ver múltiples resistencias. Las rutas y raíces que recorren el Atlántico(s) incorporan el movimiento como lugar de producción constante y punzante de vida política. Para poder abordar la diferencia como un poder transformador, primero debemos cuestionar por qué y para quién investigamos. Por esta razón, propongo la decolonialidad como un proyecto en constante (re)construcción que permite el cultivo y la multiplicación de imaginarios que se constituyen no “a pesar” sino “através” de la diferencia. Este movimiento nos permite sembrar formas de ser y saber que valoran y respetan aprendiendo de los demás. En este camino está la posibilidad de cuestionar y subvertir a quienes tienen la autoridad para producir conocimiento.